Por qué beber BMA y vino tinto de forma moderada puede ser saludable

Durante muchos años, el vino ha sido estudiado con el objetivo de encontrar aquellos motivos por los que beberlo puede proporcionar beneficios para el organismo y protección contra ciertos tipos de enfermedades. Si bien es cierto que el alcohol por si mismo tiene una serie de contraindicaciones, siempre vamos a hablar de un consumo moderado. Además, matizaremos que todos los estudios mencionados en este artículo han afirmado y avalado los resultados con gente que ya bebía vino de manera regular y moderada, contraindicándolo en todo momento a gente que no lo bebiera o que lo beba en grandes cantidades.

Que el vino es un alimento saludable no lo decimos nosotros, sino que es avalado por diferentes estudios llevados a cabo en los últimos años por todo el mundo. Vamos a comenzar hablando del más reciente de ellos, en el que se ha determinado que el vino tinto, junto a otros productos como verduras de hoja verde o café reducen la inflamación y el riesgo de enfermedades cardíacas. Sí, como lo lees. Este estudio llevado a cabo por la Harvard T.H. Chan School of Public Health, la escuela de salud pública de la Universidad de Harvard, ha determinado que las dietas ricas en antioxidantes y ciertas vitaminas como la del tipo E, tienen unas enormes propiedades para reducir la inflamación cardiaca, así como reducir un 46% el riesgo de una persona de sufrir una enfermedad cardíaca.

Siguiendo con este tipo de enfermedades, el colesterol es una de las sustancias de nuestro cuerpo que contribuye en mayor medida a provocarlas. El vino tinto aumenta los niveles de HDL o como también se conoce, el colesterol bueno.

Y es que cuando tomas una copa de vino, no solo estas tomando distintas variedades de uva fermentadas. Ya sea uva tempranillo, merlot o malbec como las de nuestro BMA Etiqueta Blanca; una copa de vino aporta al organismo minerales como litio, magnesio, zinc, potasio y calcio. Cada uno de estos minerales aporta unos beneficios diferentes al cuerpo. El litio por ejemplo equilibra el sistema nervioso, el zinc mejora las defensas inmunitarias, y el magnesio es capaz de reducir el estrés. Quizás por esto último, y como concluyó un estudio realizado en España en el año 2013 por la Universidad de Navarra, se observó que aquellas personas que bebían vino en cantidades moderadas eran menos propensas a sufrir depresión.

El vino tinto además es capaz de disminuir las posibilidades de contraer diversos cánceres como el de colón en el caso de los hombres, o el de mama en el caso de las mujeres. En el año 2012, el prestigioso Cedars-Sinai Medical Center de Los Ángeles detectó diferentes compuestos en las pepitas de la uva reducen la proliferación de células cancerosas. Por otro lado, en cuanto a los hombres, numerosas investigaciones realizadas en Estados Unidos (Universidad de Missouri) o en Europa (Pisa, Creta o Madrid) comprobaron que el resveratrol, otro antioxidante más de los que tiene nuestra bebida favorita, es capaz de inhibir por completo la reproducción de células causantes del cáncer de próstata.

Por último, vamos a hablar del vino como maridaje. Es muy probable que si estás leyendo esto en algún momento hayas acompañado un plato de carne con una botella de Tempranillo-Malbec, o quizá un plato de caza con nuestro Edición Limitada. Cuando maridamos con vino, no solo estamos potenciando los sabores de aquello que comemos, sino que, como demostró un estudio llevado a cabo en la Universidad de West Virginia, también estamos reduciendo las bacterias presentes en los alimentos, y por consiguiente, protegiendo al cuerpo humano.

En definitiva, el vino, siempre en su consumo moderado, está lleno de propiedades que pueden dotar al cuerpo de una buena salud. Algo tan rico, ¡sólo puede ser bueno!